p. 13
Contents
El Espíritu Santo quiere poner el hacha a la raíz del matrimonio adúltero entre la Iglesia y el Estado que empezó en el año 321 A.D., porque la iglesia incorporada es la prostituta del apocalipsis y sus líderes, los E.I.I. (Ejecutivos de la Iglesia Incorporada) son la abominación que genera la desolación parada en el lugar no santo, en otra parte llamado: “la sinagoga de Satanás.” En estos edificios, los cuales se llaman “iglesias” ellos golpean las manos, gritan y saltan en celebraciones ruidosas,”regocijando en la victoria de Jesús,” pero en la realidad es la victoria del “Jesús incorporado,” un frente comercial del anti-Cristo que es el mejor amigo de los E.I.I. y Señor de la iglesia incorporada. Tales lugares deberían convertirse en letrinas; 2Reyes 10,27; Oseas 1,2; Amós 5,21+23 [21]; [23]; Mateo 3,10; y 24,15; Marcos 13,14; Lucas 3,9; 2Corintios 6,15; Apocalipsis 2,2+9 [2]; [9]; y 3,9; y 17,1; 1Corintios 6,16.
Amigos de este mundo malo y perverso son los enemigos de Dios, adulterios y apóstatas; Santiago 4,4; Mateo 12,39+45b [39]; [45]; y 16,4; Hechos 2,40; Gálatas 1,4.
Los martirios entre los primeros cristianos no pudieron aceptar como su Señor al Emperador, al Presidente ni la Corte Suprema, y, además, abiertamente denunciaron sus mentiras. Juan el Bautista, por ejemplo, enfrentó al Rey Herodes por intentar de re-definir el casamiento, y por resultado, perdió su vida. De otros el sangre fue derramado de otras maneras por la fe cristiana, y aún otros arriesgaron sus vidas por ella. No obstante, la mayoría de los líderes cristianos modernos se amalgamaron con la cultura moderna pagana y, por resultado, son silenciosos en sus púlpitos mientras que los candidatos anti-Cristo suben a las butacas elegidas más altas. Así que ellos nunca experimentan ni la persecución ni las penas por la fe cristiana. Este dato sólo define lo mejor la Gran Apostasía; (Corporación Iglesia Evangélica Metodista Argentina, Manual: “49 Días camino al discipulado,” de Raúl Sosa, págs. 126-129+133, “El martirio de Policarpo;”) Lucas 3,19; Efesios 5,11; 2Tesalonicenses 2,3; Apocalipsis 12,11.
El Reino de Dios no consiste en rezas y sermones bien preparados sino en el poder de Dios que transforma las vidas, y en nuestra conexión a él que nos capacita de aceptar con gozo las penas y tribulación de soldados cristianos. Aquel poder se encuentra en Jesús y nos extendemos hacia él; 1Corintios 4,19+20 [19]; [20]; 2Timoteo 2,3+12 [3]; [12]; Mateo 14,36; Marcos 5,30; Lucas 6,19; y 8,46; Efesios 6,10-17 [10]; [11]; [12]; [13]; [14]; [15]; [16]; [17].
página 13 de 16
